Muchas personas acuden a la famosa frase
“démonos un tiempo” porque en el fondo lo que buscan es salir con otras
personas. Es probable que ya tengan a alguien rondando sus cabezas o
sencillamente lo vean como la mejor forma para respirar lejos del otro y caer
en el desorden.
Por eso las preguntas a hacernos son.
¿Cuándo en realidad un tiempo fuera
funcionaría de maravilla?
“Sé que esto te puede sonar extraño pero necesito un tiempo para estar solo. No es que ya no te quiera pero necesito pensar hacia dónde estamos yendo y si mis sentimientos siguen siendo los mismos que antes”
“Te abrazo, te beso pero mi corazón ya no late fuerte como antes, tus ojos ya no brillan al verme. ¿Qué nos está pasando? Tal vez sea mejor alejarnos un tiempo para extrañarnos, darnos un tiempo y poner en claro nuestros sentimientos”.
Creo que nos vendrá bien estar
separados si no olvidamos nuestro objetivo, que es volver a estar juntos como
antes, como cuando aún podíamos hablar y
cuando nos reíamos de todo. Te pido un tiempo, sí, pero también te pido que no
me pierdas de vista, que no me olvides.
“A veces te veo y no reconozco a la persona de la que me enamoré. No sé si cambiaste o si yo cambié. Me siento confundida y quiero tiempo para ordenar mis sentimientos, para saber si aún te quiero o si debemos decirnos adiós”.
¿Cuál debería ser la mejor reflexión a
hacernos en ese tiempo para estar solos?
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